Ante la encrucijada que todo cambio de administración federal coloca delante de los inversionistas tanto nacionales como extranjeros, en el ánimo de los empresarios mexicanos prevalece la esperanza de que actuando con sigilo e inteligencia, se puedan obtener los frutos esperados.
Sin descuidar las aristas que la política pudiera erosionar, la actitud del empresariado mexicano debe ser estoica y resiliente.
Vale la pena hacer acopio de templanza y dejar a un lado el nerviosismo que provocan las opiniones tendientes a producir alarma y consecuentemente fuga de capitales, cerebros y mano de obra.
Caminemos el tramo de la transición gubernamental, con suma cautela, revisando con meticulosidad cada signo que se desprenda no del discurso, sino de los procedimientos parlamentarios. Ahí estará siendo depositada la semilla de la realidad nacional del corto, mediano y largo plazo.
Moisés Abel García Flores, CEO
No hay comentarios:
Publicar un comentario