La era digital en México viene a transformar de manera importante la interacción entre los actores de la sociedad que cuentan con los recursos para accesar a los dispositivos que facilitan la recepción de información proveniente de emisores capacitados para el manejo masivo de esta innovadora forma de comunicación.
Sin embargo, pensando en nuestros niños y jóvenes mexicanos, analicemos la posibilidad que tienen de recibir una determinada información a través de los dispositivos y que no necesariamente viene acompañada de la opción de contestar o entrar en contacto con el autor del mensaje para conocer el contexto real de la opinión de éste.
En este enfoque encontramos el inicio de un peligroso circulo de conducta social donde se genera una disparidad entre un medio de comunicación que envía mayormente información noticiosa de corte crítico negativo y un público infantil o adolescente en desventaja, que sin tener la certeza de lo que se le informa, recurre al inmediato desahogo precoz de su reacción en las llamadas redes sociales.
Nos tenemos que preguntar y contestarnos de manera valiente si el disparador intelectual de algunas conductas antisociales en las escuelas y universidades que hoy en día demuestran tendencias a lo violento, tienen sus raíces de inconformidad en los contenidos que envían algunos medios de comunicación tendenciosos.
Es un hecho que ni los niños ni los jóvenes verifican la veracidad de los contenidos que leen, sin embargo depositan casi instantáneamente su desahogo en las redes sociales, cristalizándose ahí, el objetivo de los engañadores profesionales, pagados por grupos aspirantes al poder , que pretenden desestabilizar la ecuanimidad de las sociedades hasta el grado de convertir a través de las mismas redes sociales la inconformidad sembrada por ellos en niños y jóvenes, en marchas, manifestaciones, vandalismo, toma de instalaciones, opiniones soeces de los gobiernos en turno y movimientos que a su vez, ellos, los engañadores, vuelven a convertir en noticias, pero ya transformadas en "movimientos sociales" y actividades radicales.
Esto último, en el círculo de conducta social, acelera nuevamente el status de inconformidad social y encamina perversamente a la opinión pública de las masas a incorporarse a las actividades de calle que a su vez, le cierran el paso a las aclaraciones, los arreglos, al diálogo y al contentamiento colectivo. Recordemos que el pacto social se finca entre otros elementos importantes, en acuerdos de voluntades para buscar la convivencia pacífica.
De ahí que muchos jóvenes y obviamente niños que aun no han formado su criterio y carecen de una infraestructura ética y moral suficiente para discernir entre lo que es importante, lo que es urgente o lo que es bueno y verdadero, se encuentran en grave peligro formativo.
Por esa razón, la invitación a la reflexión va dirigida de manera especial a los maestros y padres de familia, con la finalidad de que alerten a sus alumnos e hijos en el sentido de que "EN LA ERA DIGITAL, NO TODO LO QUE APARECE EN PANTALLA ES VERDADERO".
Eduquemos y preparemos a los niños y jóvenes mexicanos para que sepan que todos los dispositivos digitales, incluyendo sus computadoras, tabletas y teléfonos celulares, son solamente los idiotas más rápidos, porque sin tener pensamiento propio, solo hacen, repiten, envían y muestran lo que se les ordena a través de una codificación.
Para que la era digital se convierta en favorable para la humanidad y particularmente para México, construyamos en nuestros niños y jóvenes, los filtros intelectuales convenientes para que ellos mismos constituyan una sociedad futura de mucho mejor calidad que la que tenemos ahora.
Moisés Abel García Flores
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