En Reynosa, nada hay más
distante de la tranquilidad que ver que somos una ciudad fronteriza mexicana y
tamaulipeca, carente de un glosario de términos que nos permita a todos entender
por igual el mensaje codificado que Estados Unidos quiso enviar a México cuando
calificó numéricamente a nuestra nación entera y particularmente para
Tamaulipas recomendó: "NO VISITAR".
Igualmente
preocupante es que en el centro de las estrategias de seguridad más recientes,
haya estado ausente de ser considerado como vector sustantivo, un programa de formación
artística y cultural dirigido a los Niños y Jóvenes que deberían ser, en todo
caso, el objetivo prioritario de un movimiento territorial fronterizo de prevención delincuencial.
Hoy, que el
gobierno de los Estados Unidos anuncia que Tamaulipas es un estado de la
República Mexicana al que recomienda “NO VISITAR”, estamos en un inmejorable
momento para reunir esfuerzos públicos y privados para poner en operación un
programa de formación artística gratuita que al mismo tiempo que ablande las
conciencias infantiles y juveniles endurecidas por los escenarios criminales, también
produzca futuros ciudadanos apacibles, con niveles intelectuales elevados y con
aptitudes artísticas desarrolladas inclusive a nivel profesional.
Es momento de
hacer un breve paréntesis en nuestras actividades y dedicar unos minutos de
reflexión a la acumulación de impotencia defensiva, a los temores urbanos y a las frustraciones sociales en
que estamos sumergidos.
Al mismo tiempo, es necesario que
veamos en el horizonte la luz que ofrecen todas las disciplinas artísticas e
impulsemos en escuelas públicas y privadas un programa de formación artística
gratuita y obligatoria.
Solamente en tres
años, de 2013 a 2016, la cantidad de niños y jóvenes beneficiarios de la
enseñanza artística creció de cuatrocientos treinta y nueve a más de 4 mil y
eso demuestra que sí se pueden dirigir las inquietudes de estos dos sectores
poblacionales por la ruta del desarrollo de sus propias vocaciones.
Si sigue latente
en nuestros proyectos de vida el tener una mejor calidad de entorno social,
debemos llamar a nuestros legisladores y pedirles que legislen en favor de la
cultura y las artes para que sean impartidas gratuita y obligatoriamente.
Obviamente este proceso,
será muy bien visto por los padres de familia de los niños y jóvenes
beneficiarios.
Hago un llamado a
los legisladores tamaulipecos y a todos los reynosenses, para que se sustraigan
unos minutos del ruido electoral que nos envuelve, y estén conscientes de que existen
más allá de las aberrantes pugnas verbales en que han caído los aspirantes al
poder, criterios sociológicos que deben ser tomados en cuenta para desarrollar
programas de formación artística gratuita que trasciendan y continúen una labor
que con el paso de los años, construirá seguramente una mejor calidad interior en los ciudadanos
de Tamaulipas.
Hacerlo, me
refiero a legislar para implantar programas de formación artística gratuita y
obligatoria en todo el estado, no solamente construirá una sociedad de mucho
mejor calidad que la que tenemos ahora, sino que nos ayudará a que paulatinamente
Estados Unidos deje de flagelarnos con sus calificaciones de “NO VISITAR”.
Y cuando los niños
y jóvenes de hoy se conviertan en ciudadanos mayores de edad; cuando los
efectos de haberlos formado artísticamente se reflejen en una vida fronteriza apacible
y sana, los Estados Unidos ya no nos verán como amenaza.
Actualmente, el
privilegio del conocimiento del arte es limitado porque no existe una
legislación que considere prioritaria, gratuita y obligatoria la formación
artística para todos los niños y jóvenes.
En consecuencia las
ciudades fronterizas de Tamaulipas (y las no fronterizas también) presentan polígonos de
ignorancia e indiferencia social producto de la falta de un instrumento formador
de mejores personas.
Lo anterior, favorece
lamentablemente a la proclividad de conductas indeseables.
Aunado a ello, necesitamos recapacitar en algo que nos ha hundido en la pérdida del
respeto a las normas más elementales de conducta ciudadana correcta.
Me refiero a la
erosión de los valores morales, solapada en algunos casos por la manipulación
tendenciosa de quienes han hecho de los derechos humanos una herramienta corporativa
y en ocasiones política, de la que sacan provecho personal.
Pues ahí,
interviene la formación artística gratuita y obligatoria, debido a que
representaría un freno a la indiferencia social y a la proliferación de
conductas ilícitas de niños y adolescentes. Esto, porque las artes, en su
proceso de aprendizaje requieren disciplina.
Entonces, además
de indignarnos por ser calificados como zona peligrosa, debemos contestar en
voz alta diciendo que tenemos una solución en cartera.
Tenemos que dar
una respuesta ciudadana colectiva como reacción pertinente a la severa calificación
que nos acaban de endilgar y no pensar en ningún momento en inconformarnos,
porque bien merecida que tenemos esa calificación.
La mejor respuesta
no es poniéndonos al tú por tú con el vecino, sino demostrarle con
inteligencia, que hemos decidido actuar en consecuencia y dignificar de
inmediato a nuestros niños y jóvenes, aplicando la mejor medida preventiva que
tenemos a la mano: un programa de cultura y artes impartidas obligatoria y
gratuitamente a todos.
Y aunque los
calificadores norteamericanos piensen que la violencia en que hemos vivido desde febrero de 2009 ha mermado la
capacidad de Reynosa y del resto de Tamaulipas para obsequiarnos a nosotros mismo un progreso integral, demostremos
que no estamos lejos de ponernos de acuerdo y complementar nuestro gran
potencial económico con dosificaciones elevadas de arte y cultura.
Obviamente, la
gente anhela en primera instancia la solución de las necesidades que se
adquieren con dinero; pero eso no se contrapone con un proyecto fronterizo,
estatal o local emergente de abatimiento al rezago intelectual, artístico y
cultural que padecemos.
Independientemente
de que en el terreno de la geopolítica existan intereses transnacionales a los
que les convenga que la ignorancia y la insensibilidad social se arraigue en
Reynosa y en todo Tamaulipas, es importante que para efectos de la calificación
que nos han dado los vecinos del norte, nos sobrepongamos a esa realidad y ganemos terreno en la línea
del tiempo, organizándonos para edificar a nuestros niños y jóvenes, de una
mejor manera. Esa, es la inteligencia real con la que debe responder una
sociedad como la nuestra para frenar a la delincuencia.
Tomemos conciencia
de que la calificación “NO VISITAR” que le han dado los Estados Unidos a
Reynosa, Tamaulipas, nos colocó ante una oportunidad histórica de plantarnos unidos
ante una disyuntiva para decidir entre forjarnos de manera legislativa un futuro
de orden, sensibilidad e intelectualidad mediante un programa de formación artística
y cultural gratuito y obligatorio para niños y jóvenes, o bien, resignarnos a heredar
a nuestros hijos y nietos un futuro de complaciente ignorancia conveniente para
la continuidad del caos en el que estamos viviendo.